La primera opción de tratamiento para las situaciones de inflamación ó de necrosis de la pulpa dental es básicamente la misma, el conocido tratamiento de conductos radiculares.
Esta terapia consiste en:
La remoción total del tejido pulpar y/o del contenido de los conductos radiculares (en caso de necrosis o infección).
La desinfección de ese espacio contaminado e infectado.
Y el relleno de los conductos radiculares y la cámara pulpar con un material inerte de obturación sólido. Esto se hace con el propósito de crear un ambiente en el interior del diente que permita que la enfermedad cure, cicatricen los tejidos de soporte del diente y éste se pueda mantener ausente de síntomas y en función.
Cuando se realiza una endodoncia, la inflamación que rodea la raíz desaparece, se produce la curación y podemos considerar que se ha salvado el diente.
Las endodoncias constan, básicamente, de dos etapas:
Se realiza un orificio en el diente hasta llegar a la cámara pulpar, eliminando toda la caries que exista en el diente.
Para ello utilizamos unos instrumentos muy delicados y flexibles llamados limas.
Los conductos se limpian de forma cuidadosa con estos instrumentos, eliminándo los restos de pulpa muerta y las bacterias.
Se utiliza una lima para limpiar y modelar los conductos |
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Las limas se diferencian en su grosor |
Para ayudar a la limpieza con las limas (limpieza mecánica ) , se utilizan irrigantes líquidos antibacterianos (limpieza química) que completan el proceso de limpieza.
Se preparan los conductos para alojar el material de obturación.
Vista desde arriba de la cámara pulpar de un molar con los cuatro condutos radiculares perfectamente visibles.
Las radiografías en endodoncia son una ayuda esencial para tener la certeza de que los instrumentos llegan exactamente a la punta de la raíz y no la sobrepasan.
Radiografía que muestra cómo la lima |
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Cuatro limas se introducen en los cuatro conductos de este molar inferior |
Después de la instrumentación (limpieza mecánica con las limas), se obturan todos los conductos (sellado) para evitar una nueva contaminación bacteriana.
El material de obturación más frecuentemente utilizado es la gutapercha(sustancia elástica y gomosa derivada del caucho) en forma de conos largos y finos a los que llamamos «puntas de gutapercha». Última lima utilizada y punta
de gutapercha del mismo calibre.
Se mojan con un cemento líquido especial y se insertan firmemente para que alcancen la punta de la raíz.
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Vista de cada conducto con su gutapercha «maestra». |
A partir de aquí se van compactando puntas de gutapercha en cada conducto rellenándolo hasta alcanzar la cámara pulpar, de manera que la sellen completamente para que ningún fluido pueda filtrase al interior del conducto y crear una nueva infección.
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Vista desde arriba del sellado con gutapercha de los cuatro conductos radiculares. |
Para terminar se rellena el diente con un cemento provisional protector.
En la siguiente visita se retira el cemento temporal y se reconstruye el diente con un material de obturación definitivo.
Tras finalizar la endodoncia, el siguiente paso es la reconstrucción, bien para dejarla con un empaste si ha quedado suficientemente dura, o para convertirla en un muñón si ha quedado algo débil, en el cual pondremos una corona para protegerla.